Secretos de La Araucanía: un proyecto artístico para la democratización cultural y la participación ciudadana
- Claudio Ovando Leon

- 5 oct
- 2 Min. de lectura

Secretos de La Araucanía constituye un ejemplo relevante de cómo un proyecto cultural puede generar acceso y participación en sintonía con políticas públicas. También podría relacionar la dimensión ético-política, ya que defiende valores de justicia cultural, inclusión y participación, alineándose con la función pública de garantizar derechos culturales. Ha favorecido la democratización del acceso, al ofrecer exposiciones y mediaciones de manera gratuita y abierta en el Centro Cultural La Moneda.
Ha promovido la participación activa, al integrar a cultores en procesos de co-creación e interacción directa con el público. En este sentido, los talleres en vivo operan como instancias de democracia cultural y animación social, ya que no solo muestran un saber, sino que lo transmiten de forma dialógica y participativa. Asimismo, el proyecto ha contribuido a visibilizar y valorar identidades regionales, confrontando imaginarios periféricos con la centralidad cultural de la capital. Un elemento clave es su aporte al resguardo de la diversidad cultural, expresado en la curaduría plural que reúne a diversos creativos, artesanos y artistas de la región, generando un espacio donde coexisten memorias, oficios y lenguajes contemporáneos.
Desde mi experiencia personal, haber sido seleccionado para participar en este proyecto me permitió establecer contactos valiosos, aprender de otros artistas y comprender la importancia de los públicos en este tipo de iniciativas. Percibí que no se trata sólo de exhibir obras u oficios, sino de generar procesos culturales donde la interacción, el diálogo y la circulación de saberes cobran un rol central. Este aprendizaje refuerza la idea de que los proyectos culturales son también espacios de formación y transformación, tanto para quienes participan como para quienes asisten.
En suma, Secretos de La Araucanía no solo democratiza la cultura y amplía sus públicos, sino que también encarna los ejes centrales de la cultura hoy: inclusión, diversidad, descentralización y participación activa de las comunidades. Se erige como un modelo de proyecto artístico que fomenta el acceso y la participación cultural, alineándose con las políticas públicas. No obstante, el proyecto afronta retos persistentes en cuanto a su continuidad, la comunicación de los resultados a las comunidades de origen, la difusión a través de los medios y su viabilidad económica a largo plazo. En síntesis, el caso evidencia cómo la gestión cultural puede articular la relación entre cultura y arte, generando espacios de encuentro que responden tanto a la necesidad de descentralización como al fortalecimiento de la identidad regional. Tal como afirma Coelho (2009), si la cultura es regla, el arte es la excepción que permite reconocer, problematizar y revalorizar lo común en nuevas esferas de circulación.
Autor: Claudio Ovando León





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