La 1ª Feria Araucanía y el desafío de diseñar cultura desde el territorio

Durante años he participado en ferias y actividades culturales desde distintos roles: como artesano, docente y gestor. Y si algo he aprendido, es que la cultura sin planificación se convierte solo en evento, y el evento sin sentido termina siendo un espectáculo vacío.

La 1ª Feria Araucanía fue una muestra concreta de que sí es posible hacer las cosas de otra manera. No fue solo una feria de venta: fue un espacio donde la identidad, el oficio y la memoria estuvieron realmente presentes. Cada creador tenía un relato, un proceso y un vínculo real con el territorio. Eso no ocurre por casualidad, ocurre cuando existe una planificación cultural consciente.

Planificar cultura no es solo coordinar puestos y fechas. Es preguntarse:¿qué identidad queremos fortalecer?, ¿Qué memorias estamos activando?, ¿Qué comunidad estamos representando? Cuando estas preguntas guían un proyecto, el impacto va mucho más allá de los números.

¿Cómo se diseña un Plan Municipal de Cultura con impacto real?

Un Plan Municipal de Cultura con impacto real no se construye solo desde una oficina. Se diseña escuchando al territorio, levantando a los cultores, artesanos, artistas, espacios independientes, pueblos originarios, docentes y gestores locales. Debe basarse en un diagnóstico participativo, tener una visión clara de identidad territorial, líneas de formación, fomento, circulación y mediación cultural, y no solo una cartelera de eventos.

Un buen plan no busca solo “llenar agendas”, sino fortalecer procesos, oficios, memorias y comunidades en el tiempo.

Desde Choskiai, esta experiencia me reafirma que cada pieza que creo también es una acción cultural. No se trata solo de vender objetos, sino de trabajar con sentido, identidad y proyección.

La 1ª Feria Araucanía deja una señal clara: sí es posible planificar cultura con impacto real, cuando se hace desde la memoria, el respeto y el territorio.

Autor: Claudio Ovando León